El Banco Central realizó la venta diaria más grande de dólares en los últimos cinco años para atender la demanda en el mercado de cambios. El organismo se desprendió de casi US$ 600 millones, por lo que el acumulado de este mes cayó a US$ 897 millones. Según explicaron, se trató de una situación extraordinaria: las ventas fueron para abastecer la demanda del sector automotriz, una vez finalizada la vigencia del impuesto PAIS.
El sector importador había pisado la demanda de dólares, a la espera de que el Gobierno terminase con el impuesto PAIS, cosa que finalmente ocurrió desde este lunes. En el primer día sin este tributo, el BCRA había sentido la presión de la demanda y registró ventas netas por US$ 179 millones a pesar de que el agro realizó un buen aporte liquidando más de US$ 130 millones. Luego, el martes y el miércoles no hubo operaciones en el mercado de cambios, lo que provocó un verdadero «cuello de botella» para este jueves.
«Los feriados complicaron la logística de los exportadores y hay vencimientos postergados que se activaron dando como consecuencia una demanda muy intensa. Desde mayo de 2023 que una rueda del segmento mayorista del dólar no registraba un volumen como el de hoy», indicó el operador de cambios Gustavo Quintana.
Finalmente, el Central reportó ventas por US$ 599 millones, que se suman a las ventas netas por US$ 778 millones en las dos ruedas anteriores. Fue la mayor venta diaria de reservas desde el 25 de octubre de 2019, cuando la autoridad monetaria había sacrificado US$ 812 millones.
Las ventas del organismo llegaron en un momento en el cual el dólar paralelo también parece recalentarse. En la calle, el dólar blue volvió a los $1.210, un valor máximo en los últimos dos meses. En el mercado bursátil, tanto el contado con liquidación como el MEP también terminaron con subas de hasta 1%, en $1.188 y $1.171, respectivamente.
Las reservas internacionales anotaron una caída de US$ 130 millones, que se suman a la baja de US$ 336 millones que se había registrado en la previa. De esta manera, finalizaron en US$ 32.550 millones.
En la City ven un cambio de tendencia que puede presionar la capacidad del Banco Central de hacerse de dólares y la brecha cambiaria por igual.
«Si en el pasado reciente se conjugaron tasas en pesos relativamente altas con expectativas de depreciación casi nulas (o incluso expectativas de apreciación), que motivaron el clásico carry trade, ahora el set de variables relevante para el armado de una cartera muestra tasas más bajas (a partir del recorte de 3 pp que impulsó el BCRA) y mayores expectativas de depreciación«, explicaron en la consultora LCG.
«El desarme de posiciones en pesos tensionó el mercado de dólares financieros y, cuando esto ocurre (ya ocurrió a mediados de año), agrega presión al dólar comercial porque se dilatan las exportaciones, se aceleran las importaciones y hasta podría resentir la demanda de financiamiento en dólares de las empresas que estuvo nutriendo la oferta en el MULC. Todos efectos inversos a los que se observaron en el último mes», añadieron en la consultora.