Roberto Feletti, economista y exsecretario de Comercio Interior, afirmó que el gobierno de Javier Milei “creyó que iba a contener ese déficit de cuenta corriente con ingreso de capitales”, como el préstamo del Fondo Monetario Internacional, pero señaló que el tipo de cambio volvió a aumentar. “El problema es la inviabilidad argentina que le otorgan las élites a este país. Porque el problema es poner los dólares y que los dólares se vuelvan a fugar”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Roberto Feletti es contador público y economista. Fue secretario de Comercio Interior (2021-2022) durante el gobierno de Alberto Fernández y de Política de Planificación del Desarrollo (2009-2011), con la presidencia de Cristina Kirchner. También fue diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires (2011), vicepresidente del Banco Nación (2006), secretario de Obras Públicas de la Ciudad de Buenos Aires (2003), cuando Aníbal Ibarra era el jefe de Gobierno de la Ciudad, y director y presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires (1998-2003). Hoy se desempeña como secretario administrativo del Senado de la Provincia de Buenos Aires y dirige el Observatorio de Coyuntura Económica de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
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Mencionaste en una entrevista reciente la situación de inviabilidad de este modelo económico. Y este fin de semana se conoció que el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, planteó exactamente lo mismo: que Argentina va a encaminarse hacia una nueva crisis en un futuro. ¿Vos sos de la idea de que va a terminar así o que la sociedad va a considerar que el equilibrio fiscal es necesario, pero no suficiente, y va a buscar una alternativa superadora sin que implosione?
Empezando el otoño, vos me preguntabas si veía inestabilidad cambiaria. En ese momento, con el apoyo del Fondo, que llegó el 15 de abril, el dólar bajó de los 1.100 pesos, y tres meses después se está arañando los 1.300. Son 200 pesos de salto cambiario, a pesar del apoyo del Fondo Monetario Internacional y a pesar de una revisión con perdón. El propio ministro de Economía dijo en una entrevista con el periodista Fantino que el 1,8 de déficit de la cuenta corriente del balance de pagos, de los dólares que habitualmente ingresan y salen, lo cotidiano, lo que implica un déficit de 10.000 millones de dólares de déficit. La pregunta es cómo lo financian. La ayuda del Fondo estabiliza temporalmente.
Cuando vos ves que se le angostó el superávit comercial que tenían, que la presión cambiaria solo se sostiene con una suerte de contención de los pesos excedentes con tasas de interés crecientes en instrumentos de endeudamiento, y como mencionamos en los informes del Observatorio de la Universidad Tres de Febrero, la estabilización de la economía es por el sector externo, por el balance de pagos externo, y no por las cuentas públicas. Eso no quiere decir que no deba haber un orden fiscal, pero con reservas en el Banco Central las discusiones del orden fiscal son más sencillas. Pero desde el orden fiscal no se acumulan reservas en el Banco Central, y es lo que le ha pasado a este gobierno. Lo que vemos es que el propio Presidente creyó que iba a contener ese déficit de cuenta corriente con ingreso de capitales, en una repetición del modelo de los 90, del primer gobierno de Menem. “No me preocupa un déficit de cuenta corriente, porque yo voy a tener una cuenta de capital de ingreso de capitales robusta que me lo va a permitir sostener”, dijo en un discurso. Eso, que era la expectativa del RIGI, por ahora no se cumplió.
Todo el mundo ve que este déficit de cuenta corriente es cada vez más difícil de sostener, que probablemente mal manejado termine en una corrección cambiaria, y que eso va a tener un impacto político, como ha ocurrido siempre. Si ocurre antes o después de las elecciones empieza ya a ser una discusión del momento en que los agentes económicos deciden cambiar de portafolio. Pero no me parece que el Gobierno pueda salir fácil en la propia construcción de política económica que ha hecho. De hecho, el deterioro de la relación con el Fondo Monetario Internacional, las discusiones en torno a la no acumulación de reservas y el no cumplimiento de las metas de reservas internacionales en el Banco Central son una señal de lo que estamos afirmando.
Escuchaba a Roberto Lavagna plantear que la duración de este esquema cambiario depende de la cantidad de dólares que esté dispuesto a dar Estados Unidos. Si el gobierno norteamericano estuviera dispuesto a financiar esos 10.000 millones de dólares por año, ¿podría durar tanto como el gobierno norteamericano esté dispuesto a financiarlo o es incorrecta esa presunción?
No, efectivamente. El problema es la inviabilidad argentina que le otorgan las élites a este país. Porque el problema es poner los dólares y que los dólares se vuelvan a fugar. Ese es el problema. Porque uno podría decir que hay un shock de apoyo a la economía argentina de 10 mil millones de dólares, y que ese shock de apoyo permite una salida productiva, un relanzamiento de la economía argentina que tiende a la estabilización sin mayores traumatismos de ajuste. Pero el problema es que se ponen los 10 mil millones de dólares arriba de las reservas y comienza otra vez el drenaje de divisas. El año pasado, producto de su propio ajuste, el Gobierno tuvo 18.600 millones de dólares de superávit comercial. Después tuvo 23 mil millones de dólares del blanqueo, y algo debió haber quedado en los bancos y reflejarse en las reservas. Después tuvo 12 mil millones de dólares del apoyo del Fondo Monetario Internacional, y sin embargo no logra estabilizar el sector externo.
El gobierno norteamericano puede ser que apoye al gobierno de Milei, pero el problema es si eso sirve para estabilizar. Y el ejemplo emblemático fue el gobierno de Macri, que recibió 45 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional y no pudo estabilizar y además perdió la elección en primera vuelta. Es un problema de élites. Y Macri era uno de ellos. Milei no, pero Macri era uno de ellos, y no pudo disciplinar a su propia élite, ni siquiera para afirmar un modelo. El problema no es cuántos dólares le va a poner el gobierno norteamericano para que sortee este año, pero ¿qué va a pasar el año que viene?
Yo me estaba refiriendo a este año, al siguiente y al otro…
Se estabilizaría temporalmente. Llegaron 12.000 millones de dólares del Fondo, el dólar bajó a 1.100 y hoy lo tenés arañando los 1.300 en solo tres meses. ¿Cómo es? Esa es la discusión. Y con una liquidación de divisas del agro que, en el primer semestre superó un 40% menor que el semestre anterior. Entonces, hay un problema en la Argentina sobre la viabilidad que le otorgan al país sus élites con el problema de la valorización financiera.
¿Tu tesis sería que son las propias personas de mayor capacidad económica las que no creen que la Argentina tenga arreglo?
Sí, no han sido capaces de darse un proyecto político legitimante. Cuando hablamos muchas veces de políticas de largo plazo, o lo que se suele llamar “políticas de Estado”, eso tiene que estar sustentado en factores de poder que vayan más allá de la coyuntura electoral. Y eso implicaría grandes acuerdos empresarios y sindicales, con apoyo político más o menos estable, aún en un modelo conservador. Macri tuvo la posibilidad de hacerlo. Recibió un país en 2015 desendeudado, con una alta distribución del ingreso. Uno podría cuestionar en cuanto a su sustentabilidad, porque sus impactos no deberían haber sido tan gravosos, y no lo pudo hacer. Recibió 65 mil millones de dólares de fondos frescos del sector privado internacional y 45 mil millones del Fondo Monetario, y tuvo que apelar a la causa de los cuadernos para ver los podía disciplinar.
Si sumamos los 45 mil millones de dólares que recibió Macri, más los 12 mil que recibió Milei ahora, más el superávit fiscal, ¿vos decís que todo se va a la construcción de reservas de argentinos en el extranjero?
Exactamente.
No es que se va en turismo o en consumo con tarjeta…
En parte sí por la existencia de un precio apreciado o un dólar barato. Ahora, pensemos en las magnitudes de oferta de divisas favorables al país. En 2024, 18 mil millones dólares de superávit de balanza comercial. Último trimestre de 2024, 23 mil millones de dólares porque 3.000 ciudadanos creyeron, blanquearon y devolvieron sus dólares al circuito productivo. 15 de abril de este año, 12 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional. Y el ministro termina pidiendo los dólares del colchón. Quiero decir, algún problema.
¿Pero la suma de todos esos recursos que durante aproximadamente 6 meses suman alrededor de 50 mil millones de dólares se fueron a formar activos externos o se fueron por turismo o compras de tarjeta de crédito?
El primer dato es que esa oferta de divisas no sirvió para tener un Banco Central robusto. No digo que todo debiera ir a reservas, pero si el 14 de abril de 2025 tuviste casi el mismo nivel de reservas que cuando terminó el gobierno de Alberto Fernández, después de semejante ingreso de dólares, algo está mal. El segundo punto es que si tenés una política de apreciación del peso y una apertura importadora, esos 18.600 millones de dólares de balanza comercial se estiman en solo en 5 mil millones este año. Se achicó. Y el otro tema es que cuando veranear en Brasil es más barato que hacerlo en la Costa Atlántica, estos modelos terminan, casi siempre, con un problema cambiario. Ahora bien, hay una enorme formación de activos externos, en lo que se llama FAE, que figura en el balance del Banco Central. Para usar una expresión muy usada en nuestra contra, hay un PBI argentino fuera del país. Se estima en casi 500 mil millones de dólares. Capaz no es tanto porque durante el macrismo se blanquearon 103 mil millones de dólares.
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¿Cuánto aumentó la formación de activos externos desde que llegó Milei? ¿Qué proporción corresponde a la élite y cuánto a pequeños ahorristas?
No quiero ser crítico de cualquier persona que atesora dólares como forma de proteger sus ahorros o sus ingresos. Pero si vos mirás el balance del Banco Central, hay un crecimiento exponencial de formación de activos externos fue de unos 5.400 millones de dólares en el primer semestre de 2025.
Me parece que la formación de activos en el exterior no represetna la mayoría del déficit de cuenta corriente. Pero también da la impresión de que gastamos más en turismo, servicios y consumo con tarjeta.
En este tiempo sí. Gastaste más en turismo, más en servicios y más en importaciones. Y cuando mirás el aumento del sobrestockeo de importaciones, que es algo que también pasó en el gobierno del Frente de Todos, ves también un mecanismo usado por empresas de repago de ganancias al exterior porque se restockean. Normalmente vemos un incremento de importaciones que no guarda relación con la actividad económica. Aumentan las importaciones, pero no el nivel de actividad. Eso termina mostrando que parte de ese repago, que está formalmente restringido, sale por esos mecanismos. O directamente por sobrestockeo.
Elizabeth Peger: Se conocieron los últimos datos del stock de depósitos en dólares del Banco Central y muestran un aumento importante: casi 4 mil millones respecto del 11 de abril. Pasaron de 29 mil a casi 33 mil millones. ¿Esto tiene que ver con la liquidación de bonos de cupones? Porque más de la mitad de esos depósitos son mayores a un millón de dólares. No son solo ahorristas comprando dólares. Aparece ese fenómeno que había desaparecido desde noviembre.
Sí. El primer dato es que los bancos quintuplicaron las tasas de interés que ofrecen por certificados a plazo fijo en dólares. Pasaron de medio punto anual a 2,5%. En depósitos a 30 días podés hacer una diferencia de incremento en dólares. Y el otro punto es que hubo operaciones de liquidación de divisas y colocación de excedentes, vía MEP, también en personas. Además, no logran dominar la masa monetaria. La relación entre reservas brutas y masa monetaria sigue alta, así que tienen que apelar a mecanismos para sostener el tipo de cambio. Creo que el incremento fundamental de ese volumen de depósito está muy asociado al incremento de las tasas de interés en todos los bancos.
Aparte tenés la posibilidad de renumerar depósitos que tenés a la vista.
Sí, por eso. Si miras las tasas en el mundo y pensás que es una colocación de corto plazo, te da una diferencia en depósitos de arriba de un millón de dólares.
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