Brad Pitt lo dijo sin rodeos: “Las únicas dos A‑list que me dejaron boquiabierto fueron Geena Davis y Susan Sarandon”. La confesión llegó durante su paso por el pódcast New Heights, conducido por los hermanos Travis y Jason Kelce, y encendió la curiosidad de todos sus fans.
Con 61 años y una vitrina llena de premios, el actor repasó aquel momento bisagra de 1991, cuando era apenas “el chico lindo” que debutaba en la gran pantalla. Recordó que, antes de subirse al set de Thelma & Louise, todavía dudaba de su talento. Pero frente a la estatura artística de Geena Davis y Susan Sarandon, sintió cómo las rodillas le temblaban de emoción.
En la charla, Pitt relató que conoció a las protagonistas en la lectura de guion y que ellas lo trataron con una calidez inesperada: “Cuando vi entrar a Geena, fue como un impacto de luz; Susan irradiaba carácter y oficio”, reconoció entre risas. Después añadió que el hechizo le duró “apenas unos minutos”, porque necesitaba concentrarse en su personaje, el carismático ladrón J.D., responsable de una escena de alto voltaje que marcaría la película.
El actor también rememoró el famoso encuentro en el set: “Geena me guiaba en cada toma y Susan me daba consejos sobre cómo moverme frente a la cámara”. Aquella química se tradujo en una de las secuencias más recordadas del film dirigido por Ridley Scott, momento que —según el propio Pitt— terminó de catapultarlo a la fama mundial.
Lejos de quedarse solo con la anécdota, Brad repasó lo que vino después. Contó que Davis volvió a elogiarlo públicamente en 2022, cuando celebraron los 30 años de Thelma & Louise, y que Sarandon hizo lo propio al destacar su “sentido del humor y compromiso con cada escena”, rasgos que —según ella— ya eran visibles cuando era un novato de veintisiete años.
Pitt reflexionó sobre por qué ninguna otra actriz lo impresionó de ese modo: “Trabajé con brillantes colegas, desde Cate Blanchett hasta Margot Robbie, pero ese primer impacto nunca se repite”, admitió.
De paso, reveló que el respeto que sintió por Davis y Sarandon influyó en la elección de sus futuros papeles: se propuso no aceptar personajes que redujeran a la mujer a un mero adorno, un compromiso que, afirma, se mantiene hasta hoy.
Entre los nombres que circularon en redes ante su confesión aparecieron inevitablemente sus ex, Angelina Jolie y Jennifer Aniston, pero el actor aclaró que la admiración que sintió por Davis y Sarandon era estrictamente profesional. “Con ellas aprendí lo que significa sostener una escena, dominar un set y, a la vez, ser generoso con quien recién empieza”, subrayó.
La charla también derivó en su percepción de la fama. Pitt contó que, tras el éxito de Thelma & Louise, Hollywood solo le ofrecía papeles de seductor; se sintió limitado y decidió enfocarse en historias de mayor profundidad, paso que lo llevó a títulos como Seven, Doce Monos y El club de la pelea. Aquella lección aprendida junto a Davis y Sarandon resultó clave para elegir guiones que desafiaran su imagen.
Hoy, mientras disfruta del estreno de F1, el drama automovilístico con Joseph Kosinski, Brad asegura que sigue aplicando la misma brújula: buscar guiones donde el talento colectivo brille por encima del ego individual. Y concluyó la entrevista con una frase que ya circula por todo internet: “Geena y Susan me mostraron que la verdadera belleza en una actriz es la generosidad en el trabajo”.