viernes, 20 junio, 2025
InicioSociedadCómplice: Luis Arce reconoció cínicamente que ha evitado capturar a Evo Morales

Cómplice: Luis Arce reconoció cínicamente que ha evitado capturar a Evo Morales

Luis Arce confesó en una reciente entrevista que no ejecutó la orden de aprehensión contra Evo Morales. Justificó su inacción con el argumento de evitar un enfrentamiento. Afirmó que Morales posee un “equipo armado” que lo protege en el Trópico de Cochabamba.

Esta revelación confirma la existencia de un poder paralelo que opera con total impunidad. El presidente se mostró más preocupado por evitar un “derramamiento de sangre” que por hacer cumplir la ley. Con ello dejó claro que  la justicia en Bolivia depende de cálculos políticos  y no del Estado de derecho.

Mientras tanto, Morales sigue libre, pese a una acusación por trata agravada de personas. Está acusado de haber tenido una relación con una menor y de haber tenido un hijo con ella cuando era jefe de Estado. Las autoridades no han actuado, y la víctima quedó en el olvido.

Durante la misma entrevista, Arce insistió en que su gobierno preservó la democracia. Dijo que resistió “movilizaciones” impulsadas por Morales, aunque éstas causaron muertes.

Impunidad para los asesinos

| La Derecha Diario

El reciente bloqueo de caminos dejó seis fallecidos, entre ellos cuatro policías. Sin embargo, Arce jamás cuestionó a Morales por esas víctimas. Tampoco ordenó su aprehensión por dirigir esas acciones violentas.

Lejos de defender la ley, Arce se victimizó. Asegura haber sido “atacado” por Morales desde que asumió el poder. Según él, el líder del Chapare destruyó el “instrumento político” y la “revolución democrática”.

Aun así, en lugar de sancionarlo, lo protegió. Ese acto solo puede interpretarse como complicidad.

Luis Arce también se refirió a la candidatura de Morales, a quien responsabilizó de dividir al oficialismo. Alegó que no existe proscripción, sino una restricción constitucional. Recordó que el Tribunal Constitucional ya prohibió una nueva reelección.

Sin embargo, Morales insiste en postularse por encima de la ley. Y Arce, en vez de hacerla respetar, permite la confrontación.

Una promesa lejana

| La Derecha Diario

Arce también afirmó que entregará el poder a quien gane las elecciones de agosto. Dijo que ese será su legado: un “tránsito democrático”. Pero, la democracia de Arce es aquella donde un delincuente prófugo impone condiciones desde su bastión armado.

Mientras, Luis Arce habla de democracia, también evita hacer cumplir una orden de aprehensión en contra del pedófilo. Su discurso se contradice con sus actos.

Durante años, Morales se movió con libertad pese a múltiples denuncias. Fue acusado no solo de corrupción, sino de crímenes más graves. Ninguna institución lo tocó, y Arce lo dejó intacto.

Ahora, el actual presidente señala que le teme a la red delincuencial que protege Morales. Ese temor ha paralizado al gobierno entero.

La confesión de Arce es grave. Revela que el Estado no tiene control sobre todo el territorio. Deja en evidencia que hay zonas donde impera la fuerza de Morales.

Que un presidente reconozca esto con naturalidad es escandaloso. Y confirma que la impunidad está institucionalizada.

Temor al delincuente del Chapare

| La Derecha Diario

Los grupos armados que protegen a Morales no son una novedad. Diversos informes los han señalado en años pasados. Incluso durante los conflictos recientes, se reportó la presencia de hombres armados.

La Policía evitó entrar al Trópico por temor. Esa zona se ha convertido en un refugio fuera de la ley.

El silencio oficial sobre estos hechos fue cómplice. Ahora ya no hay silencio, sino justificación abierta.

Arce no niega la existencia del grupo armado, la confirma. Y en lugar de enfrentarlo, se rinde. De ese modo, Morales sigue operando con total libertad.

El gobierno asegura que quiere evitar un derramamiento de sangre. Pero  la impunidad también destruye la paz y se cobra vidas de inocentes. Cuando no se cumple la ley, se fortalece el crimen.

Un delincuente dispuesto a todo

| La Derecha Diario

Morales ya demostró que está dispuesto a causar muertos para conseguir poder. Y Arce, en lugar de impedirlo, le deja el camino libre. De esta forma, el país es conducido por los caprichos de delincuentes sanguinarios. 

La justicia nacional ha sido burlada una vez más. El Estado no solo falló en proteger a las víctimas, sino que protegió al victimario.

Morales sigue dictando órdenes desde el Trópico. Y Arce, lejos de capturarlo, lo encubre. Esa es la verdadera tragedia democrática de Bolivia.

El mandatario termina su gestión con promesas de legalidad y democracia. Pero  su mayor legado será la claudicación ante un delincuente acusado de crímenes graves.

Arce eligió la sumisión en vez de la justicia. Y con ello perdió el derecho a llamarse presidente democrático. El país, una vez más, quedó rehén del miedo.

Más Noticias