En la localidad cordobesa de Achiras, un grupo de vecinos decidió hacerse justicia por mano propia capturando a un delincuente al que luego ataron a un poste. En el mismo vecindario, el ladrón había cometido una seguidilla de robos y era conocido de todos.
Cansados de verlo escapar de la justicia, en la mañana del miércoles, los vecinos decidieron reducir al joven al que interceptaron en una esquina y lo golpearon. Después de la paliza, ataron al delincuente con cuerdas a un poste del nomenclador de la calle mientras esperaban que una patrulla de policía provincial viniera a detenerlo.
El joven, de 26 años, ya había sido aprehendido dos veces en la semana por estar vinculado con hechos delictivos en el pueblo serrano, pero esta vez, los vecinos no toleraron más verlo deambular por las calles de su barrio. “Entraba a los comercios, amenazaba y robaba”, comentó uno de los vecinos. Por lo general, sustraía bebidas alcohólicas en los comercios de los alrededores.
Cuando fue detenido, se confirmó que el delincuente estaba domiciliado en la vecina localidad de Sampacho y que el fin de semana anterior ya había sido aprehendido y trasladado a Río Cuarto. Tras el registro de su domicilio, se encontró toda la mercadería que el joven había robado.
El ladrón fue liberado después de cada captura y volvió a cometer los mismos delitos a la vista de todos.
Según fuentes consultadas, el involucrado presentaría problemas de salud mental, por los cuales se aplicó un protocolo especial que justificaría su liberación. Este hecho generó indignación entre los vecinos, quienes reclamaron mayor seguridad y exigieron que las autoridades tomaran medidas concretas para evitar que la situación se repita.
El incidente resonó en distintos sectores de la sociedad y hasta se hizo eco el diputado nacional por la Libertad Avanza, José Luis Espert. El titular de la comisión de Presupuesto de la Camara baja, el mismo día, también pronunció palabras polémicas sobre la inseguridad en la provincia de Buenos Aires.
Espert sostuvo que, frente a la inacción de la policía, había que “colgar a cuatro o cinco de estos delincuentes en una plaza pública”. Sus dichos generaron fuertes reacciones y debate, pues algunos respaldaron su postura de mano dura, mientras que otros criticaron la violencia y la falta de un enfoque institucional para abordar el problema de la delincuencia.
La problemática de la inseguridad no se limita solo al ámbito bonaerense. Ayer, el ministro de Seguridad cordobés, Juan Pablo Quinteros, protagonizó un hecho llamativo al perseguir personalmente a dos motochorros que habían robado. Este episodio, que rápidamente se viralizó en redes sociales, puso en relieve la gravedad de la situación y la necesidad de respuestas inmediatas por parte de las autoridades.
El episodio en Achiras reavivó el debate sobre la justicia por mano propia y la creciente desesperación de los ciudadanos ante la inseguridad. Mientras algunos argumentan que este tipo de reacciones son el único recurso que les queda ante la falta de respuestas oficiales, otros advierten sobre los riesgos de que la violencia se descontrole y se normalicen linchamientos públicos.
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