lunes, 27 octubre, 2025
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Crece el optimismo en el Gobierno, a minutos de conocerse los resultados de las elecciones

En un clima de máxima expectativa, en el búnker de La Libertad Avanza reina el optimismo. Así se desprende de las primeras apariciones públicas de Javier y Karina Milei, a la par de los primeros boca de urna comenzaban a conocerse.

El oficialismo confía en imponerse en una elección en la que, según datos oficiales, la participación fue del 66% del padrón, la cifra más baja desde el regreso de la democracia.

Con ese número, el ausentismo alcanzó el 34% y sobre las 35.987.634 del padrón, se puede concluir que 12.235.796 electores decidieron no votar.

La menor participación histórica en elecciones generales fue en las parlamentarias de 2021, cuando votó el 71,7% del padrón electoral, en plena pandemia de coronavirus, cuando había una cuarentena que impedía la normal circulación de la población.

Y la menor participación en elecciones locales se dio en 2025, cuando votó en promedio el 60% del padrón, en las elecciones que se hicieron en ciudad y provincia de Buenos Aires, Santa Fe, San Luis, Salta, Jujuy, Chaco y Misiones, entre otras.

Se espera que los primeros resultados se conozcan después de las 21.

El ministro del Interior Lisandro Catalán fue la primera voz oficial en hablar una vez cerrado los comicios. Además de agradecer, destacó el debut de la Boleta Única de Papel y dijo que no hubo incidentes.

«En primer lugar, agradecerle a la ciudadanía por haber concurrido a votar. Agradecerles a las autoridades de mesa, a los fiscales partidarios, que participaron de estos comicios. Se ha desarrollado este comicio con una nueva forma de votación, más ágil y transparente, con mucho éxito. No tuvimos reportes de incidentes, ni que hubo problemas a la hora de votación«, aseguró.

De hecho, la Dirección Nacional Electoral informó además que se estima que el tiempo promedio de voto a través del nuevo instrumento, la Boleta Única Papel (BUP), es de menos de tres minutos para quienes votan únicamente una categoría, y de cuatro minutos para quienes votan tanto diputados como senadores.

En las elecciones legislativas 2025, los ciudadanos decidieron la nueva composición del Congreso de la Nación, con 127 bancas en juego en la Cámara de Diputados y 24 vacantes en el Senado. Es la primera vez que se utiliza el formato de la Boleta Única de Papel (BUP), un método que fue aprobado con la intención de reducir el gasto público en los comicios nacionales.

Para el oficialismo, se centra en cautivar al tercio de votantes que aglutina a los indecisos, con la esperanza de sumar la mayor cantidad de bancas a favor en la Cámara de Diputados y en el Senado. En este sentido, se estipula que La Libertad Avanza «pintaría de violeta varios asientos, pero no los suficientes como para no depender de los aliados y necesitar acuerdos».

Por otra parte, para Fuerza Patria, también resultan cruciales. Los resultados no solo les arrojarían un panorama de la situación en la que se encuentra el peronismo a nivel político, sino que, además, podría ser la base que utilizarían «para reconstruirse de cara a las futuras elecciones presidenciales 2027».

De la misma forma, la sorpresa podría estar en el rendimiento de Provincias Unidas, el partido conformado por los gobernadores de Córdoba, Santa Fe, Corrientes, Jujuy y Chubut, con el apoyo de sectores anti libertarios y anti kirchneristas.

El peso de la participación en el resultado

El bajo nivel de participación es observado con atención por los equipos de campaña. Según analistas electorales, el peronismo podría beneficiarse en un escenario de alta abstención, dado que sus votantes más fieles —particularmente en el conurbano bonaerense y en provincias del norte— mantienen una cultura de voto consolidada, incluso en contextos adversos.

El politólogo Giorgietta explicó que los sectores más humildes, históricamente cercanos al peronismo, «siguen siendo los que acuden a votar pese a la apatía general». Sin embargo, advirtió que «una parte de ese electorado se muestra desencantada tanto con el Gobierno como con la oposición», lo que podría impactar en la concurrencia.

Por el contrario, La Libertad Avanza depende más del voto espontáneo y fluctuante, vinculado a sectores urbanos y a votantes jóvenes, cuya participación suele aumentar cuando perciben un clima de competencia o entusiasmo. Por eso, si la participación se eleva por encima del 65%, el oficialismo podría recuperar terreno y hasta alcanzar una ventaja nacional.

A quién favorece la baja participación en las urnas

Si la participación electoral gira en torno al 60%, el escenario se perfila con ventaja para el peronismo, que conserva una base de votantes más estable y disciplinada a la hora de asistir a las urnas, consideran algunos especialistas. En cambio, si la concurrencia supera el 65%, La Libertad Avanza (LLA) logra emparejar la competencia, gracias a la incorporación de votantes más volátiles, aquellos que suelen decidir su voto —o incluso si votan— en los últimos momentos de la jornada. En ese umbral de participación se define buena parte del resultado de las elecciones del 26 de octubre, en un clima social atravesado por la apatía política, la crisis económica y el desencanto ciudadano.

Hay que tener en cuenta que hay un declive estructural de la participación desde la vuelta de la democracia y un malestar coyuntural con la política tradicional porque «la gente siente que su voto no cambia la realidad».

Un informe del Observatorio de Calidad Institucional (OCI) de la Universidad Austral proyecta que la participación podría caer a niveles inéditos desde 1983, con un ausentismo superior al 35%. El estudio, elaborado por Marcelo Bermolén, director del OCI, estima que solo el 65% del padrón concurriría a votar, tomando como referencia los diez comicios provinciales de 2025, donde la asistencia promedió el 59,37%.

«La desconfianza, la apatía y la rebeldía frente a las fuerzas políticas tradicionales se expresan hoy también en las urnas vacías», señaló Bermolén al presentar el informe.

Desde la Casa Rosada, en este contexto, el objetivo es elevar la participación. El presidente Javier Milei afirmó que «los malos no dejan de votar; los que no votan son la gente de bien. No hay que permitir que los malos dirijan nuestro futuro». Con esa frase, el mandatario busca movilizar a su base electoral y reforzar la idea de que el voto es una herramienta esencial para consolidar el rumbo político del país.

Fuentes del Ejecutivo estiman que la participación podría ubicarse entre el 70% y el 75%, impulsada por la incorporación de jóvenes de 16 y 17 años y el interés que despiertan las elecciones generales. Según el Gobierno, una concurrencia más alta sería clave para fortalecer su representación en el Congreso y avanzar con las reformas estructurales pendientes.

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