El estreno de Las hijas en el teatro Maipo no solo generó comentarios por la historia que sube a escena, sino también por las declaraciones que hicieron Julieta Díaz y Pilar Gamboa en la mesa de Juana Viale. Las protagonistas no tuvieron reparos en revelar lo que consideran el peor defecto de Adrián Suar, director de la obra: su obsesión por la perfección.
Durante la charla, Julieta reconoció el esfuerzo que demandó el proceso de trabajo y, sin rodeos, le apuntó directo al productor: “Fue un proceso hermoso pero muy arduo. Adrián es un hombre extremadamente trabajador, un director muy exigente, y eso nos llevó a dar el máximo”. Así, con una sonrisa cómplice, dejó en claro que la rigurosidad de su jefe les pasó factura.
La otra protagonista, Pilar, se sumó a la confesión y describió la trama con una cuota de ironía: “Somos tres hermanas que se encuentran para festejar el cumpleaños de su madre, que empieza a mostrar signos de demencia. Ese disparador abre un debate fuerte, pero todo atravesado por el humor, porque ya sabemos que en el mundo de Adrián la risa siempre funciona como excusa para reflexionar”.
La obra, escrita por Ariadna Asturzzi y dirigida por Suar, es definida por las actrices como una “comedia emocional”. En ese marco, Julieta profundizó: “Siento que es también un homenaje a las madres, porque cada hija recuerda una madre distinta. Es inevitable no mirarse uno mismo en esos vínculos”. Palabras que sonaron a confesión personal en pleno prime time.
LA OBRA DE JULIETA DÍAZ, PILAR GAMBOA Y ADRIÁN SUAR
El costado más íntimo apareció cuando ambas hablaron de sus propios hijos. Entre risas y verdades, “yo tengo dos chiquitos de tres y cinco años, y no fui la misma madre con uno que con otro”, dijo Julieta. Mientras que Pilar agregó entre carcajadas: “Mi hijo más chico ya tiene 13, pero para mí sigue siendo como un bebé eterno. Nunca terminan de crecer del todo”.
Así, la entrevista que comenzó como un repaso de la obra terminó convirtiéndose en un espacio para exponer a un director que no perdona una, pero también en una charla íntima sobre maternidad. Y fue ahí cuando una de ellas lanzó la frase que lo resumió todo: “Nunca terminan de crecer del todo”.