miércoles, 17 diciembre, 2025
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El peronismo en crisis (y a la derecha), capítulo 1.000

La crisis del peronismo, luego de la derrota electoral, se profundiza ante la política de «dejar que el gobierno pierda solo». Un peronismo sin programa perdió las elecciones, mostrando cómo el recuerdo del fracaso del gobierno anterior y dos años de dejar pasar el ajuste trajeron consecuencias profundas en su base social.

Ahora, ante el ataque de Milei y las grandes patronales, el peronismo hace agua por todos lados y deja al desnudo su incapacidad para conducir una resistencia seria. Su lema electoral era “ponerle un freno a Milei”, pero lo que no dijeron es cómo ni cuándo lo iban a hacer.

El gobierno está apurado por aprobar la reforma laboral en el verano, buscando que pase lo más desapercibida posible y usando el crédito político que le dio haber ganado las elecciones de la mano de los dólares de Trump. El peronismo, que es quien dirige los principales sindicatos (la CGT y CTA) y gran parte de los movimientos sociales, no se dispone a preparar la resistencia.

El palacio y la calle

En el Congreso Nacional, el reacomodamiento llevó al peronismo a perder la primera minoría frente al gobierno. Con desprendimientos de pequeños bloques, con los gobernadores Jalil (Catamarca) y Jaldo (Tucumán) a la cabeza, votarían —a cambio de aportes del tesoro nacional— la reforma laboral y el presupuesto del gobierno que deja sin financiamiento a las leyes de emergencia universitaria y de discapacidad.

El bloque Kueider.
Los diputados que responden a los gobernadores de Tucumán, Misiones, Catamarca, Salta, etc, se llevan mucho más que una valija a cambio de dejar sin Ley de emergencia a las personas con discapacidad, y sin Ley de presupuesto a las universidades.
El reparto… pic.twitter.com/IZpet9TXWx

— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) December 17, 2025

A su vez, ante la embestida del gobierno con la reforma laboral, se propusieron hacer una «contra ley» de reforma laboral. Dicho proyecto contempla la reducción de la jornada de 48 a 42 horas semanales; algo que no hizo en sus últimos cuatro gobiernos. Se trata de una propuesta demagógica, sabiendo que no tienen los votos para aprobarla.

Como parte de sus disputas internas que nadie termina de entender, y mientras el gobierno aprovecha la coyuntura para atacar, una de sus rencillas es por la presidencia del Partido Justicialista que encabeza Máximo Kirchner, donde ahora el gobernador Kicillof quiere poner a su vicegobernadora, Magario. Discusiones y rosca política mientras el bolsillo ya no aguanta más.

En la calle, recién para este jueves 18 de diciembre, la CGT y la CTA llamaron a marchar sin paro, lo cual hace que la gran mayoría de los trabajadores no pueda participar. A su vez, su ala más negociadora, con Gerardo Martínez como principal exponente, busca consensuar artículos para “suavizar” la reforma, pero permitiendo que la ley salga.

Son centrales sindicales que durante estos dos años de Milei dejaron pasar todo el ajuste, tomando medidas tibias y buscando garantizar sus negocios corporativos.

Se trata de una estrategia peronista que, más allá del discurso opositor, no se materializa ante los ojos del pueblo trabajador como una salida viable: ni como alternativa electoral, ya que carece de un programa distinto al endeudamiento y el ajuste, ni como un plan de lucha para enfrentar con paros y movilizaciones la reforma laboral esclavista.

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