Las empresas alimenticias dicen que los márgenes de rentabilidad se comenzaron a achicar y que las posibilidades de no poner en marcha una política de aumento de precios son cada vez más bajas. Dicen que hoy lo único que las ata en este sentido es la situación delicada por la que atraviesa el nivel de consumo. “Si hoy ya las ventas son flojas, con incrementos de precios todo sería más cuesta arriba”, sostienen desde las compañías.
Más allá de esto, el factor clave que las alimenticias miran ya desde hace unos días es el dólar, una preocupación que se acrecentó en los últimos días y que llegó a un pico este martes, con la decisión del Gobierno de intervenir el mercado cambiario a través del Tesoro, luego de que el lunes acariciara los $ 1400.
Dentro de este escenario, justamente esa cifra aparece como clave. El dólar a $ 1400 aparece hoy como una barrera que, de superarse, llevará al sector a repensar las políticas de precios.
“Para nosotros la situación es muy difícil porque debemos mantener un equilibrio; los márgenes se achicaron mucho y claramente deberíamos subir algunos precios, pero al mismo tiempo esto puede empeorar la situación del consumo”, explicaron a Clarín fuentes sectoriales.
Según las propias alimenticias, en el trimestre junio-julio-agosto la situación se comenzó a complicar. Cayeron las ventas en volúmen, y con eso los márgenes de rentabilidad se achicaron. “Ahora la preocupación es por ambos costados, algo que no pasaba en la primera parte del año”, explicaron.
Como parte de los cálculos que hace la industria, lo que todavía no está del todo claro es de cuánto deberían ser esos retoques. El “movimiento ideal”, según las empresas, debería en general ser cercano al 15% “como para tratar de emparejar algo de la rentabilidad perdida”, aunque por la floja performance de las ventas estoy hoy no sería justamente lo más recomendable.
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Las alimenticias admiten que en los últimos días se dieron algunas subas de precios, aunque especialmente en aquellos productos en los que hay incidencia de materias primas importadas, o que directamente vienen del exterior. Lo que cambiaría con un dólar perforando los $ 1400 sería la postura respecto del resto de los productos.
Las expectativas están ahora puesta en lo que será el último cuatrimestre del año, aunque las previsiones no son las mejores, sobre todo si se tiene en cuenta la evolución del poder adquisitivo, que según algunos estudios perdió cerca de un 15% en lo que va de la gestión de Javier Milei.
Fuerte suba en agosto
La inflación en alimentos en agosto trepó a 3%, pese a que en la última semana se produjo una deflación de 0,1%, según un estudio privado. El impulso que tuvieron los precios en la primera mitad del período explica el resultado “punta a punta”.
Ese aumento se dio como reflejo de la suba del dólar que se produjo en el final de julio y los primeros días de agosto. La proyección corresponde a las mediciones de la consultora LCG que releva 8.000 productos semanalmente en cinco supermercados, con corte los miércoles.
Si se toma el promedio de las últimas cuatro semanas, la suba del precio de los alimentos se reduce a 2,4%. Frutas (6%), bebidas e infusiones (4,6%), verduras (3%), panificados (2,5%) y carnes 2,5%, resultan los principales incrementos. De esta forma, se verifica que hubo un traslado parcial a precios de la suba del dólar a la zona e $ 1.370.
En tanto, para EcoGo la inflación en alimentos consumidos dentro del hogar ascendería a 2,3% en agosto. Incorporando los aumentos registrados en alimentos consumidos fuera del hogar (3,2%), el indicador se ubica en 2,5%.
El consenso entre las principales consultoras es que la inflación de agosto se ubicaría por encima de 2%, levemente por encima de julio.
Así se frenaría la tendencia bajista y con perspectivas menos favorables para septiembre luego de los aumentos anunciados especialmente en los combustibles.
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Todos estos movimientos llevan a algunos economistas a pensar que la inflación de agosto se habría ubicado en torno del 2%, dentro de los parámetros que se vieron el julio, cuando el avance de los precios fue de 1,9%.
Esto tiene que ver, en buena parte, con que los traslados de precios existen, aunque no en la medida en que las alimenticias consideran necesario, y en base a una demanda que no despega.