martes, 2 septiembre, 2025
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Cómo entrenar tu cerebro para salir del estrés y cultivar pensamientos positivos cada día

¿Alguna vez te pasó que al finalizar el día tu cerebro está acelerado y tu cabeza no puede parar? ¿Y tratar de dormir y no lograrlo porque te quedaste fijado en lo que no hiciste, lo que hiciste mal o lo que no salió como esperabas? Ese “loop” negativo se retroalimenta y continuamos entrenando a nuestro cerebro para focalizarse en lo negativo o en todo aquello que no siguió el curso de lo esperable para nosotros.

Seguramente al día siguiente esto se repita como a modo de patrón, automatizando este estilo cognitivo, es decir esta forma de pensar que genera que tu jornada sea insoportable de principio a fin.

Afortunadamente, la ciencia nos muestra hoy cuán importante es la forma en la que comenzamos el día y cómo esto puede determinar o marcar cierta tendencia en el desarrollo de toda mi jornada.

En este sentido, está demostrado que los primeros 20 a 30 minutos del día son clave en relación a mi equilibrio emocional, nivel de energía, motivación y concentración del resto de la jornada.

Nuestro sistema nervioso central al despertar, y en estos primeros minutos posteriores, se encuentra en su pico de mayor activación, sumamente permeable a los estímulos, al entorno, a nuestro diálogo interno y a lo que verbalizamos.

Está demostrado que los primeros 20 a 30 minutos del día son clave en relación a mi equilibrio emocional

Asimismo, la interacción que tenemos con otro, el contenido y la forma en la que nos comunicamos, son relevantes para el bienestar integral durante las próximas horas.

La buena noticia es que con un hábito sencillo podemos entrenar nuestro cerebro para terminar y comenzar el día con positivismo, alejados del estrés, ansiedad y los pensamientos negativos.

Antes de acostarte, todas las noches, escribí de puño y letra en un cuaderno tres cosas positivas que te ocurrieron en el día. No se trata necesariamente de cosas fabulosas o macro, como me subieron el sueldo o me voy de viaje, ya que estos casos son más puntuales.

Este ejercicio nos conduce a conectar con aquellas cosas simples, cotidianas que nos hacen sentir bien, alegres, satisfechos. Por ejemplo: me llamó una amiga con la que hace tiempo no hablaba y me sentí muy bien, hice una pausa en el medio de mi jornada laboral y disfruté de un rico café, me sentí menos ansioso y logré calmarme utilizando técnicas de respiración.

Cuando planteo este ejercicio en mi consulta clínica, en la gran mayoría de los casos al paciente le resulta difícil al inicio conectar con estas cosas lindas de su día y a medida que avanzamos y se trasforma en un hábito, logran colocar en su lista más de tres cosas por día.

¿Por qué ocurre esto? El solo hecho de inducir al cerebro al recuerdo de estos lindos momentos y plasmarlos mediante la escritura física en el cuaderno, genera una sustitución del sesgo negativo natural, técnicamente también conocida como “visión de túnel”. Así se denomina a la tendencia a recordar aquellos eventos negativos (porque impactaron de forma más intensa) por un nuevo estilo de pensamiento donde valoramos y hacemos foco en lo positivo.

Con la escritura en el cuaderno, nos vamos a dormir en una sintonía positiva, con sensación de satisfacción y de misión cumplida, lo que provoca una mejor relajación y predisposición cognitivo-conductual para un sueño reparador.

El cerebro se entrena y es un órgano que responde maravillosamente a este tipo de dinámicas, la clave está en ponerlo en práctica.

Los primeros minutos luego del despertar resultan claves para continuar el día en una sintonía de bienestar y equilibro psico-físico.

Te propongo antes de levantarte de la cama y de incluso tomar tu celular, cierres tus ojos y respires profundo, conectando con el agradecimiento por lo que consideres pertinente. Al igual que en el ejercicio de la noche, no es necesario que sean cosas grandiosas, simplemente agradecé por aquello por lo que realmente sientas necesidad.

La gratitud es incompatible como conducta con el estrés, la ansiedad o la aceleración del pensamiento, ya que nos conecta con la calma, lo positivo, “ese grandor del yo” que se siente en el pecho.

En la mayoría de los casos, la personas eligen agradecer por su salud, por su estabilidad laboral, o tal vez porque recibieron una linda noticia en esos días.

Es hora de incorporar un nuevo “mindset”, de conectar y contactar con la felicidad de la simpleza de aquellas pequeñas grandes cosas, esas que todos vivenciamos y experimentamos a diario. Gracias a la implementación de estos nuevos hábitos conscientes, prácticos y fáciles de llevar a cabo y el entrenamiento cerebral, una nueva forma de interpretar y vivir tu vida es posible.

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