Una vez que nos adentramos en el invierno y especialmente cuando el almanaque indica la llegada del mes de julio, el Río de la Plata nos ofrece su mejor postal para los amantes del pejerrey. Ejemplares realmente grandes, de esos que caracterizan a la especie en el estuario más ancho del mundo. La continuidad de días fríos y los vientos del cuadrante sur aumentan las posibilidades de éxito, y de dar con los gigantes y combativos que nos brinda el Plata.
Una vez más, y con la premisa de dar con los matungos, nos subimos a la Casucha 2, nuestra nave insignia, junto a un grupo de amigos. Salimos el sábado 5 de julio y concretamos una faena inolvidable, con 101 capturas de pejerreyes entre los cinco cañófilos que fuimos parte de la pesca. La calidad y cantidad de extracciones colmó nuestras expectativas, en un día muy agradable desde lo climático y que, con un sensacional pique, nos permite decir que estamos ante un gran momento para adentrarnos en el Río de la Plata.
Los mejores resultados se dan en inmediaciones a la boya Hilstone, la zona de la grúa y cuanto más cerca de la costa uruguaya nos adentramos mejor será la calidad. Es clave un buen viento y una marea que se mantenga todo el día para salir con una cuota de 25 a 30 piezas por pescador.
La abundancia de la especie hace que todas las carnadas sean un cebo rendidor. Mojarras vivas o saladas, filetes naturales o coloreados, todo funciona en este momento en un río que viene entregando una seguidilla de días muy buenos para pescar pejerreyes.
A la hora de hablar de equipos, nada fuera de lo tradicional se debe utilizar. Lo mejor, y más cómodo, son los aparejos de dos boyas y bigotera, en este último caso del tipo palito, con un importante diámetro de esfera mejor en el centro, ya que de esa forma produce un mayor balanceo y pica más. Anzuelos N° 2/0 a 3/0 y un pejerrey que, en nuestro caso, tuvo los mejores en 800 g, con muchos que oscilaron los 600 a 700 g.
La zona sur del Río de la Plata está impecable, como en los viejos tiempos. Solo queda darse una vuelta y aprovechar los buenos servicios de una amplia variedad de guías que, con lanchas totalmente equipadas y seguras, con mucha sapiencia recorren y buscan la pesca. Los matungos nos esperan.