En una puesta en escena cuidada hasta el último detalle, el ex diputado misionero que es juzgado por la tenencia y distribución de cientos de videos de abusos de menores, insistió en su inocencia ante el Tribunal Penal 1 de Posadas. Germán Kiczka (44) sostuvo que en los allanamientos realizados en su casa, en la oficina de una cigarrera de la que era empleado y en la Legislatura “no encontraron absolutamente nada, así que niego rotundamente los cargos que se me imputan”.
La jornada había arrancado con la declaración de su hermano mayor, Sebastián, quien se negó a responder preguntas, pero dijo que quería “aclarar”. Reconoció como suya la carta que le envió en diciembre pasado al juez de Instrucción Miguel Faría, donde admitió que era suya la notebook secuestrada en la casa de sus padres con archivos que contenían material de abuso sexual infantil (MASI), pese a que estaba asociada a una cuenta de su hermano menor. “Yo presenté una carta donde explica que la Acer era yo quien la usaba…y por enésima vez pedirle disculpas a mi hermano por meterlo en este embrollo”, sostuvo.
El abogado de Sebastián, Eduardo Paredes, busca presentarlo como una persona adicta a la pedofilia y apunta a que el Tribunal lo condene a una pena menor y en forma paralela dicte una medida de seguridad que lo obligue a un tratamiento interdisciplinario.
“Voy a declarar, pero no responder preguntas”, sostuvo el ex diputado, que se presentó como licenciado en Relaciones Internacionales. “Bajo juramento declaro que jamás en mi vida busqué, investigué, bajé, me interesó y mucho menos compartí material de pornografía infantil ni nada que se le parezca”, arrancó.
“En todos los dispositivos (electrónicos) utilizados por mi no hay nada. Y mire que me allanaron: mi casa, mi oficina en la cigarrera, mi oficina en la Legislatura, la casa de mis suegros; y no encontraron nada, así que niego rotundamente todos los cargos que se me imputan”, agregó en su breve exposición.
El ex legislador insistió con que “esto sí es una persecución política, lo fue siempre, desde un principio. El Gobierno sabe que destruyéndome a mi destruye a mi partido y destruye a la única fuerza opositora real de la provincia. Fui el único de 40 diputados que en reiteradas oportunidades me opuse firmemente a leyes nefastas que el Gobierno Provincial quería implementar en detrimento de la provincia”.
Kiczka pareció responderle al fiscal adjunto, Antonio Vladimir Glinka, cuando dijo “no es necesario ser Mandela para ser un perseguido político, como se dijo”. En su alegato inicial, Glinka había descartado cualquier connotación política detrás del caso y dijo que en caso de haber una persecución contra el ex legislador, frente al Palacio de Justicia debería estar la gente reclamando su libertad.
Kiczka también hizo referencia al proceso de destitución que lo eyectó de su banca, en agosto del año pasado. “La Cámara se apresuró en expulsarme, a pesar de que yo había renunciado a mis fueros, mostrando total apertura y colaboración con la Justicia. Me expulsaron en forma inconstitucional y sin darme la posibilidad de defensa”, aseguró.
En el tramo final de su breve exposición ante los jueces, Kiczka dijo que “aún me siento y soy diputado de la Provincia de Misiones”.
Este jueves el Tribunal continuará con la ronda de testimoniales. Está previsto que declaren policías de Apóstoles y Cibercrimen. De acuerdo con el cronograma, la sentencia de conocerá el 16 de abril.
Los hermanos Kiczka están acusados de almacenar y compartir casi un millar de imágenes de abuso sexuales de menores a través de internet. Sebastián además enfrenta una acusación de abuso sexual simple de una adolescente.
Misiones. Corresponsal
MG