Madrid, 28 ene (EFE).- El expresidente de Sacyr Luis del Rivero, que figura como acusación particular en las causas que investigan la presunta contratación por parte de Repsol, CaixaBank y BBVA de empresas del excomisario José Manuel Villarejo, se ha referido a sí mismo como «el espiado universal».
Del Rivero ha concluido este martes su declaración, iniciada ayer, en el juicio que se sigue contra el propio Villarejo, su socio Rafael Redondo; el exjefe de Seguridad de Repsol, Rafael Araujo; su número dos, Rafael Girona, y el exresponsable de Seguridad de CaixaBank, Miguel Ángel Fernández Rancaño.
Se trata del proyecto «Wine», que investiga la presunta contratación, en 2011 y 2012, de empresas de Villarejo para investigar el intento de toma de control sobre la petrolera por Sacyr y Pemex.
A preguntas del abogado de Araujo, Del Rivero se ha referido a sí mismo como el «espiado universal» en referencia a otra de las causas judiciales sobre los presuntos trabajos de espionaje de Villarejo en la que también figura como acusación particular, al ser una de las personas presuntamente espiadas.
Es la denominada operación «Trampa», que se ocupa de los supuestos servicios de espionaje a políticos, empresarios y periodistas que el BBVA habría encargado al excomisario desde 2004, cuando la constructora Sacyr inició, sin éxito, un movimiento para tratar de tomar el control de la entidad.
La Fiscalía Anticorrupción pide 40 años de cárcel para el excomisario; 32,5 para Redondo; 28 años para Araujo; 21 para Girona, y otros 21 años para Fernández Rancaño.
El ministerio público atribuye delitos de cohecho pasivo, cohecho activo, descubrimiento y revelación de secretos de particulares con difusión a terceros cometidos por funcionario público, descubrimiento y revelación de secretos de particulares y falsedad en documento mercantil.
Tras Del Rivero ha declarado, también como testigo, el ex director adjunto operativo (DAO) de la Policía Nacional Eugenio Pino, que apenas ha aportado información sobre los métodos de trabajo de Villarejo escudándose en el riesgo de revelar secretos profesionales y amparándose en su derecho a no declarar sobre nada que le perjudique en otras causas en las que figura como investigado.
Entre ellas destaca el proyecto «Kitchen», el presunto espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas en 2013 para conseguir documentos del caso Gürtel.
Pino sí ha tratado de convencer al tribunal de que no era fácil saber si Villarejo, que no tenía coche oficial ni despacho por la naturaleza confidencial de su trabajo, estaba o no en activo en aquellos años.
Asimismo, ha asegurado desconocer si en algún momento Villarejo abordó algún asunto relacionado con Repsol. EFE