miércoles, 15 enero, 2025
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La frase que más hiere el autoestima de los niños

Las palabras tienen un peso, sobre todo la que nos dicen nuestros padres o cuidadores a temprana edad. Una frase puede modelar su percepción de sí mismo. ¿Cuáles son las que más hieren el autoestima de los niños y deberíamos evitarlo?

El sociólogo de la Ivy League aseguró que una frase aparentemente inofensiva puede afectar el desarrollo emocional y podría tener efectos negativos duraderos.

Según Adam Galinsky, profesor de la Escuela de Negocios de Columbia, las palabras tienen el poder de construir o destruir la confianza y autoestima de un niño. En su libro Inspire: The Universal Path for Leading Yourself and Others, Galinsky profundiza en cómo ciertas expresiones pueden tener consecuencias significativas en el desarrollo emocional y académico de los niños.

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¿Cuáles son las frases que más afectan la autoestima de los niños?

Una de las frases es «estoy decepcionado de ti». Muchos padres la utilizan con la intención de corregir errores o motivar cambios positivos y su impacto suele ser el opuesto.

Según Galinsky, este comentario induce sentimientos de vergüenza en lugar de fomentar el aprendizaje. La vergüenza es una emoción debilitante y desestabilizadora. Cuando los niños se sienten avergonzados, tienden a evitar confrontar sus errores, lo que limita su capacidad de aprendizaje y resolución de problemas.

La vergüenza bloquea su pensamiento crítico y los lleva a la evasión. La vergüenza paraliza, la culpa puede ser una fuerza motivadora.

La culpa impulsa a los niños a reparar sus errores, enfrentando la situación y buscando soluciones. Esto es fundamental para desarrollar habilidades de resolución de problemas y un sentido de responsabilidad.

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“La culpa lleva a la reparación, mientras que la vergüenza suele llevar a la evitación”, afirma Galinsky.

Galinsky sugiere enfoques más constructivos y motivadores. Por ejemplo, si un niño no ha cumplido con una tarea, en lugar de decir “estoy decepcionado de ti”, se podría optar por una pregunta que fomente la colaboración: “¿Cómo podemos organizarnos para que puedas hacer tu tarea a tiempo?”. Cambiar el enfoque de la crítica a la cooperación crea un entorno más positivo.

El objetivo no es evitar que los niños cometan errores, sino enseñarles cómo enfrentarlos y aprender de ellos. Al adoptar un enfoque basado en la empatía y la resolución de problemas, los padres pueden ayudar a sus hijos a construir una base sólida para el éxito.

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