miércoles, 1 enero, 2025
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El increíble show que montó una aerolínea en un vuelo que partió de California y se saltó la Navidad

Más de 200 pasajeros del vuelo NZ7 de Air New Zealand vivieron una experiencia fuera de lo común al cruzar el Pacífico. El avión partió de San Francisco la noche del 24 de diciembre, pero, al aterrizar en Auckland el 26 de diciembre, el día de Navidad había desaparecido por completo debido al cruce de la línea internacional de cambio de fecha.

El vuelo se desarrolló en la empresa Air New Zealand (Foto: Archivo)

Ante la particularidad de este vuelo, la aerolínea decidió tomar medidas extraordinarias para que nadie sintiera que había perdido la magia de la Navidad. Con una actitud creativa y festiva, Air New Zealand transformó el Boeing 787 Dreamliner en un escenario navideño a 10.000 metros de altura.

“Las fiestas son para estar con los seres queridos, y entendemos que perderse este día puede apagar el espíritu festivo”, declaró Grace Blewitt, portavoz de la aerolínea, según PYOK.

El increíble show que montó una aerolínea en un vuelo en el que nunca fue Navidad por las diferencias horarias

Durante el vuelo, los pasajeros disfrutaron de un espectáculo de luces proyectado en las paredes y compartimentos superiores de la cabina, que recrearon paisajes que iban desde los climas nevados del hemisferio norte hasta las playas veraniegas de Nueva Zelanda. Este sorprendente despliegue visual creó una atmósfera que combinó tradición y originalidad.

En lo que respecta a la festividad en sí misma, el menú navideño tampoco se quedó atrás. Los pasajeros fueron agasajados con un banquete que incluyó distintas comidas como pavo asado, puré de batata y el clásico tronco de Navidad como postre. Este detalle culinario fue el complemento perfecto para mantener vivo el espíritu de la celebración.

Air New Zealand mostró un compromiso grande para el festejo (Foto: Archivo)

Para completar esta experiencia, que será inolvidable, cada pasajero recibió un árbol navideño en miniatura y una galleta decorada en forma de avión, un gesto que llenó de sonrisas y alegría a quienes iban a bordo. Estos pequeños obsequios se convirtieron en un recordatorio tangible de una Navidad completamente distinta, pero que dejará un recuerdo importante.

Lo que podría haber sido una simple anécdota de calendario se convirtió en una experiencia única gracias a la creatividad y el compromiso de Air New Zealand. Este vuelo demostró que, incluso cuando el tiempo parece jugar en contra, siempre hay formas de hacer que la magia de la Navidad llegue a todos, sin importar la fecha ni los husos horarios.

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