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La Cámara de Diputados trata la Boleta Única en Papel y el oficialismo espera poder aplicarla en las elecciones de 2025

La Cámara de Diputados trata este martes el proyecto que establece la Boleta Única en Papel para las elecciones nacionales y el oficialismo espera convertirlo en ley con el apoyo de la UCR, el PRO y otros bloques para que el nuevo sistema pueda debutar en las legislativas de 2025, aunque un cambio introducido por el Senado genera expectativa de cara a la votación.

El sistema de una única boleta donde figuran todos los frentes políticos con sus candidatos para cada cargo y los ciudadanos marcan con un tilde la opción que quieren votar ya se aplica en provincias como Córdoba, Santa Fe y Mendoza, para las elecciones a gobernador y autoridades locales. Ahora se intenta establecer también para la fórmula presidencial y los diputados y senadores nacionales.

La iniciativa tuvo dictamen en un plenario de comisiones el lunes por la noche en un trámite exprés que demostró el amplio consenso que hay alrededor del tema. Obtuvo 67 firmas, 14 de ellas en disidencia parcial por las modificaciones que le hizo el Senado cuando lo aprobó, entre las que se destacó la eliminación del «botón» para votar la lista completa de un mismo partido o frente.

Ese casillero estaba en el proyecto original que aprobó Diputados en 2022 y que estuvo frenado en la Cámara alta hasta septiembre pasado. Para reunir los votos, Victoria Villarruel y las espadas del oficialismo acordaron con los bloques provinciales (que son independientes de los partidos nacionales) hacer esa modificación, que ahora está en el eje del debate final.

Boleta Única en Papel: ¿cómo están los votos en Diputados?

Se prevé que la sesión convocada para las 11:30 por el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, sea extensa y que el debate más caliente sea el de Boleta Única. La bancada de Unión por la Patria encabeza el rechazo pero La Libertad Avanza, junto al PRO al MID y a buena parte del bloque UCR le augura un posible triunfo.

Al tratarse de una ley electoral se necesita mayoría absoluta de los miembros, es decir, 129 votos. Pero además, al ser un proyecto venido en segunda revisión desde el Senado los diputados tienen solo dos opciones: aceptar la redacción que envió la Cámara alta o insistir con la original de 2022.

Si bien el consenso para convertir el proyecto en ley quedó de manifiesto al reunir las 67 firmas para el dictamen, en los días previos corrió por los pasillos de la Cámara baja la versión de un intento del oficialismo y otros diputados para volver a incluir el casillero de «lista completa» en el diseño de la Boleta Única. Las firmas en disidencias agitan ese fantasma, porque incluyen a diputados de la UCR y del bloque Encuentro Federal.

Una fuente de ese sector disidente comentó a iProfesional que esos diputados posiblemente «se sumarían» si alguien planteara en el recinto insistir con esa parte del proyecto original. Miran a Unión por la Patria, que tiene 99 diputados pero, por ahora, rechaza toda la iniciativa. En definitiva, la expectativa estará puesta en la votación de ese tema puntual.

La eliminación del casillero para votar «lista completa» fue impulsada por los bloques de senadores de los partidos provinciales que gobiernan Río Negro y Misiones. El objetivo es evitar el «efecto arrastre» de los grandes frentes nacionales y sus figuras en elecciones presidenciales, para salvaguardar así su poder territorial. El oficialismo acordó el cambio para asegurarse la aprobación del proyecto.

Lo que ocurre es que esos espacios federales tienen terminales también en Diputados y volver a incluir el casillero de «lista completa» sería desconocer el acuerdo que hicieron en el Senado y esto podría poner en riesgo la mayoría para sancionar la ley si el bloque de Unión por la Patria mantiene su rechazo.

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El apuro del oficialismo: ¿llega la Boleta Única a las próximas elecciones?

El proyecto que volvió del Senado pone fin al sistema de boletas partidarias que rige en la actualidad y adopta una Boleta Única en Papel, en la cual todos los partidos y frentes que compiten aparecen en filas horizontales en la papeleta, con las categorías o cargos electivos en columnas. Es el modelo que se usa en Mendoza.

Todos candidatos a presidente y vice aparecerán en la boleta con nombre, apellido y fotografía. Para el caso de la lista de senadores nacionales, solo estará la foto de los titulares y en la lista de diputados nacionales deberá aparecer como mínimo los nombres de los cinco primeros candidatos, a excepción de las provincias que elijan menos, en cuyo caso se nombrarán todos.

El Gobierno quiere que el nuevo sistema empiece a regir en las elecciones legislativas de 2025 y por esa razón en las últimas semanas apuró el tratamiento del proyecto e incluso reprogramó el inicio del debate sobre el Presupuesto 2025 para abocarse primero a este tema. Según indicaron al Congreso los funcionarios del área electoral, para llegar la ley debe aprobarse en octubre e incluso hubiesen preferido que fuera en septiembre.

Y es que el proyecto también incorpora cambios en el calendario electoral: las primarias (PASO) se deberán realizar el primer domingo de agosto y no el segundo, como ocurre hoy. Esto correría otros plazos del cronograma, como el que corre para inscribir las candidaturas, pero además genera problemas de logística para la intención del Gobierno.

Aunque se usará menos papel con la Boleta Única, se debe hacer una licitación pública para asignar la impresión de las nuevas papeletas que se usarán, por mencionar solo uno de los aspectos del nuevo sistema que deberán atender a contrarreloj el Ejecutivo y la Justicia Electoral.

En ese marco, en la Cámara de Diputados el oficialismo se juega un doble objetivo. Por un lado, lograr con la Boleta Única en Papel al menos una parte de la reforma electoral que se propuso Javier Milei tras no haber conseguido apoyo para eliminar las PASO, y por el otro poner en marcha un cambio de paradigma en el sistema para las elecciones legislativas de 2025, las primeras de la «era libertaria».

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