«Desde diciembre tenemos ocho mil despidos», denunció el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica, Abel Furlán, al referirse a la situación actual de la industria en el sector al que pertenece. «Desde la campaña, Javier Milei nunca mencionó qué iba a hacer con la industria y con los trabajadores; estamos con mucha preocupación, hay una intención manifiesta de hacer caer la economía, está golpeando muy fuerte a todo el sector», explicó el dirigente sindical.
Con respecto a la situación laboral y su agravamiento en estos cuatro meses, Furlán señaló que ya suman ocho mil los despidos, pero además «hay empresas que todavía están esperando para ver si pueden mantener empleabilidad, pero si esto sigue así se les va a hacer imposible. Este modelo busca sembrar terror sobre los trabajadores para que terminen naturalizando una situación de crisis: es un modelo escrito en los estudios jurídicos de las principales empresas».
Durante la entrevista en la que conversó con los conductores del programa Más o menos bien, de la AM 530 Radio Madres, Furlan subrayó que «Milei ganó con el voto popular pero hoy en la Argentina gobiernan las multinacionales, entre ellas, el Grupo Techint, que tiene preponderancia en el armado del Ejecutivo. Por ejemplo, en YPF o en la secretaria de Trabajo».
Agregó que «Las grandes empresas llevan adelante la agenda de gobierno; este es el escenario que siempre quisieron tener para poder llevar adelante sus políticas. Techint es una multinacional muy grande que además tiene poder político, porque es parte del gobierno. Y Techint no está homologando los acuerdos paritarios».
Al ser consultado si la CGT debería estar pensando en un nuevo paro a nivel nacional, el secretario general de la UOM respondió que la central obrera «lo está analizando, pero con mucha responsabilidad. El primer objetivo es hacer caer el DNU (decreto de necesidad y urgencia 70/2023). Ya lo logramos en el Senado y esperamos tener buenas noticias en Diputados. Si eso no ocurre, la CGT va a tener que profundizar en el plan de lucha. Hay un ataque claro al sector del trabajo, porque hoy en Argentina gobiernan las corporaciones, no la política».