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Pilepich dijo que a Pérez Algaba lo mató su amigo: «Desencajado y con una pistola en la mano»

Maximiliano Pilepich (45), uno de los siete detenidos por el caso de Fernando Pérez Algaba (41), el hombre que apareció descuartizado en una valija y una mochila en Ingeniero Budge, apuntó a su amigo Nahuel Vargas (43) por el crimen.

Pilepich dijo que Vargas fue el autor material del crimen y que ocurrió en el emprendimiento inmobiliario «Renacer» de General Rodríguez, según informaron fuentes judiciales a Télam.

En su primera declaración ante el fiscal Marcelo Domínguez, Pilepich aseguró que el 18 de julio pasado, cuando se hallaban en una de las oficinas de «Renacer» observó a Vargas «desencajado con una pistola en la mano» y que le dijo «este hijo de puta no daba para más», en referencia a «Lechuga» Pérez Algaba, a quien vio tirado en el piso ya muerto.

La ampliación de la indagatoria comenzó esta mañana ante el fiscal Marcelo Domínguez, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Lomas de Zamora. Domínguez solicitó esta tarde ante el juez de Garantías 4 de Lomas de Zamora, Sebastián Monelos, que sean procesados con prisión preventiva los siete detenidos en la causa que investiga el crimen de Pérez Algaba, entre ellos Pilepich y Vargas, quienes se acusaron entre sí de haber sido los autores del crimen.

Pilepich utilizó un vocabulario parecido al que usó Vargas para involucrarlo en el crimen y hasta mencionó las mismas palabras.

Es que Vargas, en su indagatoria del 18 de agosto pasado, Vargas había acusado de manera directa a Pilepich de haber asesinado por la espalda a la víctima y que, tras el crimen, el homicida le había dicho «Ya está, no aguantaba más, hay límites», en referencia a las exigencias de una deuda por parte de Pérez Algaba de unos 150.000 dólares y que lo extorsionaba.

Esta mañana, Pilepich fue trasladado desde la cárcel de Melchor Romero ante el fiscal Domínguez para ser indagado, en la que aseguró que «no tenía ninguna deuda económica con Pérez Algaba» y que el crimen lo cometió Vargas por celos, ya que -según le contó éste- la víctima le dijo que mantenía relaciones sexuales con una ex pareja suya y hasta le mostró una foto en su teléfono celular.

«Fernando estaba cambiando unas lamparitas y (Vargas) le pegó dos o tres tiros, no sé dónde se los pegó. Dijo que se le había nublado la vista y le disparó», aseguró el empresario de la construcción.

Nahuel Vargas (43) y Maximiliano Pilepich (45), prófugos por el crimen de Fernando Pérez Algaba (41).Nahuel Vargas (43) y Maximiliano Pilepich (45), prófugos por el crimen de Fernando Pérez Algaba (41).Respecto al arma utilizada en el crimen, Pilepich -asesorado por su abogado defensor Enrique Tronceda- dijo que esa pistola 9 milímetros estaba en poder de Pérez Algaba y que Vargas se la arrebató de la cintura mientras cambiaba las lamparitas de una de las oficinas del predio.

El imputado agregó que «cuando recibió los disparos, Fernando saltó y atravesó una ventana y quedó tirado a unos metros de la casa».

Tras ello, Vargas lo tapó “con una chapa o una puerta”, según dijo Pilepich, quien sostuvo que “se arrodilló en el pasto y se agarró la cabeza” ya que “no entendía lo que había pasado”.

Luego, Pilepich mencionó que cuando Vargas le preguntó qué iban a hacer con el cuerpo de Pérez Algaba, éste recordó que Luis Contrera, alias «Chicho» (también detenido por el caso), a quien conocía de haberle comprado repuestos de vehículos, le dijo “si alguna vez te pasa algo, tenés que hacer desaparecer a alguien, contá conmigo», por lo que decidieron llevar los restos hasta Ingeniero Budge.

Maximiliano Pilepich, detenido por el crimen de Fernando Pérez Algaba.Maximiliano Pilepich, detenido por el crimen de Fernando Pérez Algaba.Una vez allí, Pilepich sostuvo que Contrera “se encargaría de Fernando, del (Volkswagen) Polo –con el que trasladaron el cuerpo- y de la pistola” utilizada para matar al empresario, y a cambio de ello le pagarían 500 mil pesos.

Además, Pilepich rechazó la hipótesis de que la oficina en la que ocurrió el homicidio fue derrumbada para borrar los rastros del hecho y afirmó que la demolición estaba «haciéndose desde antes, porque entraba gente a las construcciones que ya existían y robaba cables, lámparas y demás objetos».

El abogado defensor de Pilepich, Enrique Tronceda, había solicitado que su asistido declarara el pasado 5 de septiembre, aunque la diligencia se suspendió por cuestiones de salud.

«Se suspendió, dijo que estaba enfermo. Es una persona con diabetes», dijo ese día a Télam una fuente de la investigación

El ex socio del empresario asesinado fue detenido el pasado 16 de agosto en una vivienda en la localidad de Paso del Rey, en Moreno, y se había negado a declarar ante el fiscal.

Pilepich está acusado del delito de «homicidio cuádruplemente agravado por el uso de arma, alevosía, codicia y el concurso premeditado de dos o más personas», el cual prevé la pena de prisión perpetua.

Nahuel Vargas, ex amigo y ex socio de Fernando Pérez Algaba, detenido este jueves.Nahuel Vargas, ex amigo y ex socio de Fernando Pérez Algaba, detenido este jueves.En su indagatoria, Nahuel Vargas, otro de los ocho detenidos en la causa, señaló a Pilepich como quien le disparó a «Lechuga» dos tiros por la espalda mientras cambiaba unas «lamparitas» en una de las oficinas que habían sido montadas en el establecimiento inmobiliario «Renacer», de General Rodríguez, y que esa construcción fue demolida tras el crimen para «tapar» el hecho.

La autopsia determinó que el empresario recibió dos balazos por la espalda y que el descuartizamiento se concretó cuando el hombre ya estaba fallecido.

Además, afirmó que, tras el crimen, el autor de los disparos le dijo: «Ya está, no aguantaba más, hay límites», en referencia a las exigencias de una deuda por parte de Pérez Algaba de unos 150.000 dólares y que lo extorsionaba.

Por su parte, Luis Alberto Contrera, también imputado y detenido en la causa, sostuvo en su indagatoria que la madrugada del 19 de julio pasado Pilepich y Vargas llegaron en un auto Volkswagen Polo y un Ford Ka a su casa de Ingeniero Budge con el cadáver ya descuartizado y embolsado de la víctima y le ofrecieron dinero para que se deshiciera del mismo.

El fiscal Domínguez estableció en su investigación que Pilepich citó a Pérez Algaba para encontrarse en el predio «Renacer» de General Rodríguez, quien llegó junto a Vargas en una camioneta Range Rover Evoque blanca.

Según la pesquisa, «Lechuga» iba a cobrar una deuda de 50 mil dólares que mantenía con Pilepich, quien llegó al lugar a bordo de una camioneta Mercedes Benz G500.

Para los investigadores, luego de cometer el crimen, Pilepich ordenó destruir la construcción donde Vargas afirmó que se cometió el homicidio, por lo que el fiscal Domínguez dispuso un rastrillaje en el cual se incautó una hoja de sierra tipo amoladora dentada, tres guantes de nitrilo, un clavo con manchas hemáticas y otras cinco muestras similares en un pedazo de escombro, que presuntamente pertenecía a un piso.

Pilepich, al igual que Vargas, había declarado en un primer momento como testigo en la causa y ambos dieron que Pérez Algaba, luego de recibir el dinero adeudado, se había quedado solo en el predio «Renacer» a la espera de que alguien lo pasara a buscar.

Pérez Algaba: piden la prisión preventiva para los siete acusados del crimen

Por el crimen de Pérez Algaba también están detenidos Horacio Mariano Córdoba, comisario mayor de la Policía de la Ciudad; la gestora Flavia Lorena Bomrad; y dos amigos y empleados de Pilepich, Fernando Gastón Carrizo y Matías Ezequiel Gil.

Esta tarde, el fiscal Domínguez solicitó que los siete detenidos sean procesados por el delito de «homicidio cuádruplemente agravado por el uso de arma, alevosía, codicia y el concurso premeditado de dos o más personas», en perjuicio de «Lechuga», el cual prevé en un futuro juicio oral la pena de prisión perpetua.

En tanto, fueron excarceladas Alma Nicol Chamorro, hermana de Contrera y primera detenida en la causa; y Gladys Cristaldo, la mujer dueña de la casa donde fue hallado Pilepich tras permanecer varios días prófugo.

Para el Ministerio Público, el crimen del empresario Pérez Algaba fue cometido por una deuda de 50.000 dólares y 17 terrenos que el imputado Pilepich debía entregarle a la víctima quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio pasado hasta el predio «Renacer» de General Rodríguez a encontrarse con él.

La desaparición del «Lechuga» fue denunciada el 19 de julio por la dueña de un departamento que la víctima había alquilado de manera temporal en el partido de Ituzaingó, quien, al no tener noticias suyas, se presentó en una comisaría para radicar un pedido de averiguación de paradero.

Mientras que sus restos descuartizados fueron encontrados entre el 22 y el 24 de julio en un arroyo en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora.

MG

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