A pesar de la remontada de su equipo, el Al-Nassr, el portugués se fue caliente de la cancha y empujó a un colaborador que pretendía una foto.
En un encuentro que le faltó nada, Al-Nassr superó el repechaje y avanzó a la fase de grupos de la Liga de Campeones de Asia tras vencer por 4-2 al Shabab Al-Ahli de los Emiratos Árabes Unidos, con tres goles agónicos en los últimos siete minutos del encuentro. Pero a pesar del festival de goles, la nota volvió a darla Cristiano Ronaldo, aunque esta vez se debe a una cuestión extra futbolística.
El equipo del delantero portugués estaba obligado a quedarse con la victoria para conseguir el cupo que lo deposite en la primera ronda del torneo continental. Sin embargo, a pesar de ponerse primero en ventaja, Shabab Al-Ahli lo dio vuelta por 2-1. Pero, cuando la historia parecía acabada, a los 88 minutos, Sultan Al-Ghannam anotaría el tanto del empate. El atacante brasileño Anderson Talisca marcó su segundo gol del encuentro en el tiempo añadido -había abierto el marcador- y el croata Marcelo Brozović se encargó de sellar la victoria justo antes del silbatazo final.
El triunfo fue de suma importancia de cara a la presente temporada para el conjunto liderado por Ronaldo, debido que se aseguró su participación en la Champions de Asia, a comparación de otros equipos saudíes que gastaron fuertemente en este mercado de pases, como el Al-Hilal, que firmó a Neymar, así como también el Al-Ittihad y Al-Fahya.
Por lo tanto, ante la magnitud del encuentro y la importancia personal que Cristiano le asigna a los duelos de índole internacional, la manera en la que CR7 decidió vivirlo fue particular. A pesar de sus aportes dentro de la cancha, un fastidio constante contra los árbitros primó en el delantero luso.
Todo comenzó desde el primer tiempo, a raíz de dos situaciones en las que el referí no cobró dos claros penales a favor del portugués. Minutos más tarde, con el encuentro transitando la igualdad a uno, el árbitro tampoco sancionaría una falta a favor del jugador, motivo que colmó su paciencia y provocó que no ocultara su enojo.
«¡Despierta!«, le gritó reiteradas veces Cristiano en la cara al juez de línea una vez finalizado el primer tiempo, mientras se dirigía a los vestuarios. Además, de forma seguida, empujaría a un colaborador de la organización del encuentro que se había acercado a él con el fin de sacarse una selfie. Cuando Ronaldo vio el celular pasar cerca de su rostro, rechazó bruscamente el pedido sin mediar palabra.
No es la primera vez que a CR7 se le va la mano. En abril del año pasado, cuando jugaba para el Manchester United, de camino al vestuario el portugués le sacó y tiró el teléfono de un hincha del Everton que lo grababa. La situación fue escalando al punto de que Cristiano tuvo que pedir perdón, sin embargo la familia del hincha no aceptó sus disculpas.
Para alivianar su fastidio, Al Nassr logró revertir el marcador, convirtiendo tres goles continuos a falta de dos minutos para el final del encuentro. Ahora, tras conquistar en cinco oportunidades la Champions League de Europa, Ronaldo buscará quedarse con la Liga de Campeones asiática.