En tiempos de incertidumbre económica, es una alternativa de inversión que no implica demasiados riesgos.
En un contexto de incertidumbre económica y alta inflación, inversores y ahorristas buscan alternativas seguras y rentables para proteger sus recursos. Una opción conocida en el ámbito financiero es el «plazo fijo», una modalidad de inversión a corto o mediano plazo que ofrece beneficios significativos contra la pérdida del poder adquisitivo que la moneda sufre a diario.
En términos sencillos, un plazo fijo es una inversión realizada en una entidad financiera, como un banco, donde el cliente deposita una suma de dinero por un período determinado de tiempo. Durante ese plazo, el dinero queda inmovilizado y el inversor recibe a cambio una tasa de interés predeterminada. Al vencimiento del plazo, el inversor recupera el monto inicial más los intereses generados.
Un plazo fijo tradicional puede ser considerado, entonces, un instrumento de ahorro; es decir, un depósito de dinero que se puede hacer por un tiempo determinado al cabo del cual su beneficiario recibe un monto mayor que el dinero que se invirtió.
Cuáles son los beneficios de un plazo fijo
Uno de los principales beneficios del plazo fijo es su carácter seguro. Al tratarse de una inversión respaldada por una entidad financiera sólida, el riesgo de pérdida del capital es mínimo en comparación con otras formas de inversión más riesgosas, como la compra de bonos o de acciones, que pueden sufrir una mayor o menor volatilidad según los avatares del mercado.
Esto proporciona tranquilidad a los ahorristas que buscan proteger su dinero en un entorno económico incierto, y que no tienen la práctica, ni el tiempo ni un asesoramiento que le permita jugar en otros escenarios que requieren un mayor conocimiento de las herramientas financieras, y de sus proyecciones y perspectivas.
Otro beneficio importante del plazo fijo radica en su capacidad para combatir los efectos de la inflación, el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en una economía. Cuando la inflación es alta, el poder adquisitivo de la moneda disminuye y el valor real de los ahorros se erosiona con el tiempo.
Al invertir en un plazo fijo, los ahorristas obtienen una tasa de interés que les permite preservar y aumentar su capital. Esta tasa de interés suele ser superior a la tasa de inflación, lo que significa que el dinero invertido crece a un ritmo más rápido que el aumento de los precios. En consecuencia, el valor real de los ahorros se mantiene o incluso aumenta, lo que ayuda a contrarrestar el impacto negativo de la inflación.
Además de su seguridad y capacidad para proteger contra la inflación, los plazos fijos ofrecen otras ventajas. Por un lado, son inversiones accesibles, ya que muchas entidades financieras permiten realizar depósitos mínimos bajos.
También brindan flexibilidad en cuanto a la duración del plazo, que puede variar desde unos pocos días hasta varios años, lo que permite adaptarse a las necesidades y objetivos de cada inversor.
Es importante tener en cuenta que los plazos fijos tienen algunas restricciones. Por lo general, no se puede retirar el dinero antes del vencimiento sin incurrir en penalizaciones o pérdida de intereses. Sin embargo, esta limitación también contribuye a la estabilidad y seguridad de la inversión, ya que se evitan decisiones impulsivas y se promueve el ahorro a largo plazo.
Tipos de plazo fijo
Plazo Fijo Tradicional. Los plazos fijos constituidos bajo esta modalidad no pueden ser cancelados hasta su fecha de vencimiento. Al momento de constituir el plazo fijo el inversor puede optar por las opciones: “renovación total” (renueva capital e interés), “renovación parcial” (sólo renueva el capital) o “sin renovación”, lo que conducirá al depósito de todo el dinero al vencimiento del plazo fijo.
Plazo Fijo Precancelable o con Cancelación Anticipada Este tipo de plazo fij.o le permite al ahorrista obtener la rentabilidad de una inversión a 180 días, pudiendo disponer de tu dinero en el momento que se lo necesite, una vez que haya transcurrido el plazo mínimo de 30 días contados desde la fecha de imposición.
En caso de no cancelar anticipadamente, el inversor cobrará el capital más los intereses acumulados a tasa de pizarra, como el plazo fijo tradicional por ventanilla. En cambio, si utilizá la opción de disponer los fondos antes del vencimiento, se aplicará una tasa diferencial inferior a la antes descripta para el plazo correspondiente.
Plazo Fijo en UVAs. Permite obtener un interés generado por una tasa fija y un componente variable, la UVA, que se ajusta según el índice CER, el cual refleja la evolución de la inflación. Por ejemplo: si alguien deposita $130.000 en un banco y constituye un plazo fijo, ese monto se convierte en UVAs equivalentes según la cotización de ese día.
Al momento de vencer el plazo fijo, cobrará la tasa fija más la cantidad de UVAs multiplicadas por la cotización de ese momento (y esa cotización se ha ajustado a la evolución de la inflación).