La noche deja lugar a poca celebración. Primero, si atendemos a los datos. La bajada en votos, 600.000, se traduce en un descalabro en escaños, 19 menos. Pasan de 52 a 33. A partir de aquí la lógica reflexión, el porqué de esta importante bajada. Y en Vox no miran dentro de su sede, sino fuera de ella. Señalamiento a Feijóo. Al PP. A sus incumplidas expectativas. A su estrategia. Anoche y hoy, y de momento, eluden autocrítica alguna y piensan en una repetición electoral. La situación cambia y mucho para Vox al no llegar a 35 diputados: no podrán presentar recursos al Tribunal Consitucional, al cual han acudido medio centenar de veces esta legislatura. Tampoco mociones de censura en solitario: una de sus señas de identidad que se acaba para el partido de Abascal.
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