La tenista checa Marketa Vondrousova jugará su primera final de Wimbledon y su segunda de un Grand Slam, tras derrotar en la pista central del All England Club londinense a la ucraniana Elina Svitolina.
La número 42 del mundo, de 24 años, necesitó solo una hora y cuarto para imponerse por 6-3 y 6-3 a Svitolina, que buscaba la proeza de llegar a la final tres meses después de regresar a la competición tras haber dado a luz en octubre.
Vondrousova, que ya disputó la final de Roland Garros en 2019, se enfrentará el sábado a la potente bielorrusa Aryna Sabalenka o a la carismática tunecina Ons Jabeur por el título de Wimbledon.
Svitolina, exnúmero 3 del mundo que ahora juega en la posición 76, se mostró impotente ante el juego de la checa, más rápida, más certera, con mejor saque, menos errores y mayor confianza en cada subida a la red.
«He estado muy nerviosa todo el partido», dijo sin embargo Vondrousova, afirmando no creerse la victoria tras un partido «muy difícil».
Svitolina «es una gran luchadora y una gran persona, ha sido duro», aseguró la checa, que recientemente se recuperó de una operación y dijo haberse esforzado durante todo el encuentro por «mantenerse concentrada».
«Estoy muy agradecida de estar aquí, de estar en buena salud y de jugar al tenis otra vez», afirmó.
Lo cierto es que la ucraniana, que soñaba con ofrecer una victoria a su país devastado por la guerra, no pudo en ningún momento dominar.
Svitolina, de 28 años, desplegó un juego desparejo, lleno de energía pero también de nervios y errores, y se vio completamente superada por los passings de su adversaria contra los que no encontró el nervio ni la cabeza.
La ucraniana empezó jugando con agresividad pero rápidamente cometió tres errores, dos de ellos no forzados, que sumados a un certero drive paralelo de la zurda checa sentenciaron su primera rotura en el quinto juego del primer set.
Ambas jugadoras parecían nerviosas y Vondrousova entregó inmediatamente su propio juego de servicio pero volvió a quebrarle a la ucraniana en el séptimo juego.
Svitolina siguió cometiendo errores, temerosa en la red e imprecisa con su derecha, perdiendo el primer set en 29 minutos al sufrir un nuevo break en el noveno juego.
También en el segundo capítulo sufrió un quiebre nada más servir, empujada al error por la checa que la hacía subir a la red para explotar su falta de determinación en la volea.
Svitolina fue incapaz de encontrar soluciones, sin más armas que sus golpes profundos, que a menudo se escaparon de las líneas.
Tras un quinto juego muy disputado en que Vondrousova sufrió un quiebre, la ucraniana pareció encontrar la inspiración con una volea suave pero certera. Pero no logró mantener el impulso de ahí en adelante, perdiendo su propio servicio con más errores no forzados.
Nacida en una familia de deportistas, su padre la acercó al tenis en su Sokolov natal cuando tenía apenas 4 años, su mamá jugó al voley en el Slavia Praga y su bisabuelo fue campeón de pentatlón. Además de enamorarse de la raqueta, la joven Marketa jugaba al fútbol, al tenis de mesa y a los deportes de invierno, especialmente al esquí.
La pasión por los tatuajes la comparte con su hermana, Julia, con quien comparte algunos de ellos. «No rain, no flowers», «Sin lluvia no hay flores», dice uno de los tantos que aparecen en su cuerpo, especialmente en la zona de sus brazos. El mensaje tiene que ver con la resiliencia que marcó su carrera. La mayoría de los tattoos se los hizo en los tiempos que pasó lejos de la cancha, por culpa de sus lesiones o por la pandemia.
En su contacto con la prensa tras ganarle a Svitolina le preguntaron si se hará un tatuaje dedicado a este Wimbledon de ensueño que está viviendo pero ella prefiere guardar ese costado de su historia para la intimidad.
“Ya veremos», expresó brevemente, con una sonrisa. Y agregó: «Siempre me encantó estar aquí, pero nunca me fue bien. Mi mejor resultados había sido una segunda ronda, ahora por fin he mejorado».
«Estas dos semanas han sido increíbles, cuando llegué aquí me dije a mí mismo que tenía que mantener la mente abierta, simplemente tratar de poner en práctica mi juego. Ahora todo esto está sucediendo, lo cual es una locura. El de hoy fue un partido loco, así que todavía estoy un poco en shock”, cerró la checa, con la ilusión de dar un pasito más y llevarse el torneo.
Con información de Agencias